Los
padres se encuentran todavía en una situación de total desventaja en
Alemania, escribe Marc Köhlster. El proyecto actual de ley para que los
padres no casados no cambiaría nada su situación.
Los
padres solteros deben todavía hacer una petición de la custodia de sus
hijos. Esto dice el proyecto de ley del Gobierno Federal alemán, el cual
fue lanzado el mes pasado.
“La decisión del Gobierno
es sin duda un paso en la dirección correcta, pero dudo que mejore la
situación de los padres en Alemania.”
Por un lado, es
significativo que un tribunal a nivel europeo proporcionó el impulso
para hacer estos cambios. Igualmente es significativo que un padre no
casado deba solicitar la custodia, en lugar de obtenerla a partir desde
el nacimiento de sus hijos.
Por experiencia personal
puedo decir: cuando un padre pide ayuda legal en el juzgado familiar,
está jugando con fuego, porque la madre del niño no quiere disponer de
él como un padre. En este caso la nueva ley no cambiará nada. Cuando me
casé tuve desde el principio la custodia compartida de mi hijo. En un
proceso en la corte familiar perdí este derecho. Durante mi matrimonio
me ocupé mayormente de nuestro hijo, la madre se dedicó a hacer carrera.
Los roles de padre y madre no eran los roles de género clásicos.
Después de la separación con la madre me negó cualquier contacto con mi
hijo. No tuve otra opción que irme al juzgado familiar.
Yo
no quería toda la custodia, sino simplemente el derecho de visita a mi
hijo. También quería aclarar el derecho de determinación de residencia,
que es donde mi hijo va a vivir. Al final decidieron los jueces que mi
hijo debe vivir con la madre. Argumentaron que los padres habían
mostrado una falta de capacidad para llegar a un acuerdo.
Eso
era, a su vez, la justificación, que como padre había hecho esas
peticiones al juzgado familiar. Decían, que por el bienestar del niño,
sería mejor para mi hijo estar en la casa de su madre. A continuación el
tribunal familiar me quitó la custodia compartida.
Los
jueces deben por lo menos tener en cuenta que inicié este proceso,
porque la madre del niño constantemente hablaba negativamente de mí como
padre. Este es un daño que atenta contra el bienestar del niño
(Kindeswohl).
Sin embargo, el Tribunal Familiar y el Tribunal Mayor me negaron el derecho a luchar por el bienestar de mi hijo.
Una
vez que un matrimonio fracasa, los tribunales optan por aplicar roles
obsoletos y tradicionales: la madre como educadora y el padre como el
sostén de la familia.
Esto evita que las feministas y
los políticos de hoy legítimamente exigen: que los hombres se
involucren también en la crianza de los hijos.
Lo
que experimenté no es un caso aislado. Se originan casos así una y otra
vez, como por ejemplo el que muestra la película “El padre eliminado de
Douglas Wolfsberger”.
En las separaciones existen
frecuentemente los vengadores implacables a los delitos que habrían
supuestamente cometido sus ex-parejas. Cuando se trata de niños, son
estos utilizados como un arma contra la ex-pareja. En este contexto, la
ciencia habla ahora de la denominada PAS (Síndrome de Alienación
Parental).
Al parecer, tratan sobre todo las madres a
menudo de alejar a sus hijos de su padre. Esto es a menudo legalmente
facilitado, para que los niños permanezcan después de la separación con
la madre o estos sean adjudicados a la madre por la corte familiar.
En
cuanto al nuevo proyecto de ley: Un padre separado y soltero es como un
padre divorciado que no tendrá, ya de por sí, relaciones óptimas con la
madre del niño. De lo contrario no sería necesario ir al juzgado.
El
nuevo proyecto de ley para que los padres no casados no traerá
ninguna solución mientras el concepto de roles y acciones de desquite
estén sobre el bienestar del niño.
El artículo fué escrito bajo un seudónimo. El nombre del autor es conocido por la redacción.
Del artículo en alemán el 08.10.2012, Zeit:
Keine Gerechtigkeit für Väter
Väter
sind in Deutschland immer noch benachteiligt, schreibt Leser Marc
Köhlster. Daran könne auch der derzeitige Gesetzesentwurf für ledige
Väter nichts ändern.
Ledige Väter sollen künftig auf
Antrag das Sorgerecht erhalten. Das besagt ein Gesetzesentwurf des
Bundeskabinetts, der Anfang vergangenen Monats veröffentlicht wurde.
Dieser Kabinettsbeschluss ist zweifelsohne ein Schritt in die richtige
Richtung, aber ich habe Zweifel, ob es etwas an der Situation der Väter
in Deutschland verbessert.
Zum einen ist bezeichnend,
dass ein Gericht auf europäischer Ebene den Anstoß dazu lieferte. Ebenso
bezeichnend ist es, dass ein unverheirateter Vater überhaupt das
Sorgerecht beantragen muss, statt es von Geburt des Kindes an zu haben.
Aus
persönlicher Erfahrung kann ich sagen: Wenn ein Vater gerichtliche
Hilfe sucht, weil die Kindesmutter ihn als Elternteil entsorgen möchte,
spielt er mit dem Feuer. Daran kann auch ein neues Gesetz nichts ändern.
Als
verheirateter Vater hatte ich zunächst das Sorgerecht für meinen Sohn.
In einem Gerichtsverfahren habe ich dieses Recht verloren.
Während
meiner Ehe betreute überwiegend ich unseren Sohn, die Kindesmutter
machte Karriere. Die Rollenverteilung entsprach keineswegs den
klassischen Geschlechterrollen. Nach der Trennung verweigerte die
Kindesmutter mir jeden Kontakt zu meinem Kind. Ich hatte keine andere
Wahl, als bei Gericht Anträge zu stellen. Ich wollte nicht das alleinige
Sorgerecht, sondern einfach nur das Umgangsrecht wahrnehmen. Außerdem
wollte ich die Frage des Aufenthaltsbestimmungsrechts klären, also wo
mein Sohn leben sollte.
Am Ende entschieden die
Richter, dass mein Kind bei der Mutter bleiben soll. Sie argumentierten,
die Eltern hätten mangelnde Einigungsfähigkeit gezeigt. Das wiederum
begründeten sie damit, dass ich als Vater die Anträge überhaupt gestellt
und weiterverfolgt hatte. Es hieß, für das Kindeswohl sei es besser,
wenn mein Sohn bei seiner Mutter bleibe. Obendrein entzog mir das
Gericht sogar das Sorgerecht.
Die Richter hätten
zumindest in Betracht ziehen müssen, dass ich diese Verfahren
einleitete, weil die Kindsmutter sich permanent negativ über mich als
Vater äußerte. Das schadet nämlich dem Wohl des Kindes. Doch das
Amtsgericht und das OLG sprachen mir das Recht ab, um das Wohl meines
Sohnes zu kämpfen.
Sobald eine Ehe scheitert, halten
die Gerichte am veralteten, traditionellen Rollenverständnis fest: die
Mutter als Erzieherin, der Vater Geldverdiener. Dadurch wird verhindert,
was Frauenrechtlerinnen und Politiker heutzutage berechtigterweise
fordern: dass Männer sich in die Kindererziehung einzubringen. Was ich
erlebte, ist kein ein Einzelfall. Es findet so oder ähnlich immer wieder
statt, wie es beispielsweise der Film Der entsorgte Vater von Douglas
Wolfsberger zeigt.
Bei Trennungen werden die
Beteiligten häufig zu unerbittlichen Rächern von Schandtaten, die ihre
ehemaligen Partner angeblich begangen haben. Wenn Kinder im Spiel sind,
werden sie als Waffe gegen den Partner missbraucht. In diesem Kontext
spricht die Wissenschaft mittlerweile vom sogenannten PAS (Parental
Alienation Syndrom).
Anscheinend versuchen besonders
häufig Mütter, ihre Kinder vom Vater zu entfremden. Das wird verstärkt,
weil die Kinder bei der Trennung oft bei der Mutter bleiben – oder per
Gericht ihr zugesprochen werden.
Zurück zum
Gesetzesentwurf: Ein getrennter, lediger Vater wird ebenso wenig wie ein
geschiedener Vater in ähnlicher Situation ein gutes Verhältnis zur
Kindesmutter haben. Ansonsten wäre ja kein Gerichtsverfahren notwendig.
Der
neue Gesetzesentwurf für ledige Väter bringt also nichts, solange
Rollenvorstellungen und Rachefeldzüge über dem Kindeswohl stehen.
Der Artikel wurde unter Pseudonym verfasst. Der Name des Autoren ist der Redaktion bekannt.
Quelle: http://www.zeit.de/gesellschaft/familie/2012-08/leserartikel-sorgerecht-vaeter
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